La verdad incómoda: No eres creativo porque te falta disciplina
Si estás leyendo este artículo, quizás ese título te ha resonado. Puede que te hayan dicho en algún momento que careces de creatividad o que la disciplina no es tu punto fuerte. O peor aún, tal vez tú mismo lo creas. Pero aquí viene la verdad: no es que no seas creativo ni que no tengas disciplina; lo que ocurre es que estás atrapado en creencias limitantes y hábitos desalineados con tus objetivos.
El mito de la creatividad “innata”
La creatividad no es un don místico reservado para unos pocos genios tocados por las musas. Es una habilidad que puedes cultivar. Al igual que entrenas un músculo, puedes desarrollar tu creatividad si le dedicas tiempo y espacio para crecer.
La creatividad no significa pintar cuadros o escribir poesía (aunque puede incluirlo). Es la capacidad de ver conexiones nuevas, plantear soluciones inesperadas y transformar lo ordinario en extraordinario. Si alguna vez has encontrado una manera diferente de resolver un problema, entonces ya tienes creatividad en ti.
¿Por qué sientes que no eres creativo?
- Porque te comparas con otros. Quizá ves a alguien que parece tener ideas brillantes constantemente, pero no estás viendo todo el esfuerzo detrás de esas ideas.
- Porque temes al error. Creer que todo debe salir perfecto desde el primer intento paraliza tu capacidad de experimentar.
- Porque no cultivas la curiosidad. Si no exploras nuevas experiencias, difícilmente tendrás nuevos insumos para generar ideas frescas.
La disciplina: el pilar olvidado de la creatividad
Ahora hablemos de disciplina. Suena a menudo como algo aburrido, rígido, e incluso antagónico a la creatividad, pero no hay mayor mentira. La disciplina es lo que transforma la chispa creativa en un fuego constante.
Puedes tener ideas geniales, pero si no tienes la constancia para trabajarlas, pulirlas y ejecutarlas, nunca pasarán de ser sueños. Y aquí es donde la mayoría falla.
La disciplina no significa que debes ser perfecto, significa que debes ser consistente. Si escribes una página al día, tienes un libro al final del año. Si trabajas 30 minutos diarios en tu proyecto, habrás dedicado más de 180 horas en seis meses.
¿Cómo cultivar la creatividad y la disciplina?
- Acepta que serán tus aliados, no enemigos. No se trata de forzar la creatividad ni de imponerte horarios inhumanos. Encuentra el balance que funcione para ti.
- Crea rituales creativos. Bloquea un espacio en tu agenda para trabajar en lo que te apasiona, aunque sea 15 minutos diarios.
- Haz las cosas aunque no tengas ganas. La motivación fluctúa, pero si esperas a sentirte “inspirado”, perderás oportunidades valiosas.
- Rodéate de estímulos diferentes. Libros, películas, conversaciones con personas fuera de tu área habitual pueden ser grandes catalizadores.
- Sé amable contigo mismo. Algunas ideas serán mediocres. Algunos días no querrás cumplir. Está bien, siempre y cuando vuelvas a intentarlo.
Una conclusión que debes recordar.
Decir que no eres creativo o que te falta disciplina es una excusa que tu mente utiliza para mantenerse en su zona de confort. Pero, si te atreves a cuestionar esas creencias, descubrirás que ambas cualidades están más cerca de lo que crees. Tu creatividad ya está ahí, esperando que la desbloquees. Y la disciplina no es un castigo, sino el vehículo que llevará tus ideas más allá de tus expectativas.
¿Estás listo para probar que te equivocaste contigo mismo?
